lunes, 29 de noviembre de 2010

DIRECTO DESDE LOS TRÓPICOS. Diario de un casal hispano-brasileiro

21.- EL SUEÑO DE LA PEREZA

Cierto día la pereza cavilaba alguna solución para acabar con el trabajo. No podía sufrir que nunca parase quieto en un sitio, que siempre llevase pintado en la cara ese gesto de suficiencia y que nunca se olvidase, cuando se acercaba a ella, de limpiarse los pies, no fuera a contagiarse.
Y la pereza pensó en ponerle la zancadilla y lo desechó inmediatamente; eso sólo sería transitorio y la pondría a ella en evidencia.
Y pensó en emboscarlo por detrás o en darle a beber alguna sustancia venenosa o en, como último recurso, hechizarlo con sus muchos encantos; aunque, la verdad, esta solución le repugnaba profundamente.
Por fin, cansada de pensar, la pereza decidió dejarlo para otro día ya que se había esforzado mucho y tenía ganas de echarse un sueñecito.
Y así fue como el trabajo salvó su vida...

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