jueves, 27 de mayo de 2010

ZAPATISMO INSURGENTE ILUSTRADO

BREVE DESCRIPCIÓN DE SERVILLETA

Mido un metro noventa y seis,
tengo un sillón azul
en mi cuarto hay un baúl,
y me gusta el almendrado
me despierto alucinado,
mi madre es medio terca,
aunque nunca estuve preso,
anduve cerca.

Soy Capricornio,
pelo moreno casi castaño
algo tacaño,
y no colecciono nada,
guardo la ropa ordenada,
me aburro en nochebuena,
si estornudo no hago ruido
y no hablo con la boca llena.

Puedo decir
que soy de pocos amigos,
pero de mis enemigos
no se cuantos cosecho,
tengo el ojo derecho
desviado,
dicen que soy bueno,
aunque no sea bautizado.

Nací, eso dicen,
a las tres de la mañana,
me llevo bien con mi hermana,
no creo en OVNIS
ni en zombis
y uso prendas talla M
juego con fuego,
aunque el fuego me queme.

Duermo boca abajo
y con pijama si hace frío,
de la vida yo me río
porque es corta y grata,
no uso traje ni corbata
ni me gusta el protocolo,
estoy en buena compañía
pero se cuidarme solo.

Si tengo vergüenza
me sube el color rojo,
aunque yo ya no me mojo
si me ataca algún miedo,
no profeso ningún credo
ni me creo ningún macho,
alcohólico no soy
pero a veces me emborracho.

Tengo un diente
postizo,
si no hay planes improviso
y aunque a veces lucho
no me complico mucho,
no me estanco,
al que quiera celeste
que mezcle azul y blanco.

La filantropía
no está entre mis aficiones,
tengo varias adicciones
y me hago cargo,
no acepto sin embargo
si intentan adoctrinarme,
yo quiero elegir
con que veneno envenenarme.

Mi padre era doctor
pero manejaba un taxi
y enfrentó por mala praxis
un juicio despiadado,
no tuve legado,
ni familia de linaje
y a veces el pasado
me cobra peaje.

Tengo perro
y una marca en la rodilla,
no siento cosquillas,
trabajé en el municipio,
no traiciono mis principios,
porque eso es lo primero,
si naciste incendiario
no te mueras bombero.

"Nunca cuentes todo",
mi abuelo me decía
y no contó en su agonía
donde puso el testamento
y yo no puedo,
aunque intento,
tener todo lo que quiero,
eso me pasa por ser sincero.

Pero no soy tan complicado como para huir
y quedarme allá en silencio.
Pero no soy tan simple como para no advertir
que no hay tres minutos, ni hay cien palabras
que me puedan definir.

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