domingo, 27 de junio de 2010

DIRECTO DESDE LOS TRÓPICOS. Diario de un casal hispano-brasileiro

6.- SE VENDE UN CORAZON

Un corazón idealista. Un corazón como pocos. Un corazón a la moda antigua. Un corazón adolescente que insiste en desperezarse en piezas lejos de su usuario.
Se vende un corazón que en realidad está un poco usado, medio callejeado, muy dolorido pero sin temor a seguir alimentando sueños y cultivar ilusiones. Un poco inconsecuente, que nunca desiste de creer en las personas. Un leve y precipitado corazón que siente que Tim Maia estaba cierto cuando escribió "...no quiero dinero, yo quiero amor sincero y eso es lo que yo espero...". Un idealista... Un verdadero soñador...

Se vende un corazón que nunca aprende, que no endurece y que mantiene siempre viva la esperanza de ser feliz siendo simple y natural. Un corazón insensato que domina al racional siendo lo suficientemente loco para apasionarse... Un furioso suicida que vive buscando relaciones y emociones verdaderas.

Se vende un corazón que insiste siempre en cometer los mismos errores. Ese corazón que se equivoca, que lucha y que se expone. Que pierde el juicio por completo en nombre de causas y pasiones. Que sale de lo serio y, a veces, revira su posición arrepentido de sus palabras y de sus gestos. Este corazón tantas veces incomprendido. Tantas veces provocado. Tantas veces impulsivo.

Se vende un corazón de un desequilibrado emocional que abre sonrisas muy largas. Tan largas que casi engulle orejas. Ese mismo que también arranca lágrimas y hace mudar el rostro. Un corazón para ser alquilado, para ser utilizado por aquel que gusta de emociones fuertes. Un órgano indicado apenas para quien quiera vivir intensamente, contraindicado para aquellos que apenas pretenden pasar por la vida de puntillas, matando el tiempo y las noches como defensa a las emociones.

Se vende un corazón tan inocente que se muestra sin armaduras y deja loco a su usuario. Un corazón que, cuando pare de pegar en el pecho, escuchará al segoviano decirle a San Pedro cuando tenga que rendir cuentas "Puedes comprobarlo, hice todo lo mejor que pude, sólo me equivoqué cuando puse sentimiento" "Sólo hize tonterias y se me dió mal cuando escuche a ese loco corazón de adolescente que insiste en no endurecerse y que recusa envejecer".

Se vende un corazón o, por lo menos, se cambia por otro que tenga un poco más de juicio. Un órgano más fiel. Un amigo en el pecho que no maltrate tanto al ser humano que lo abriga. Un corazón que no sea tan incosecuente.

Se vende un corazón ciego, sordo y mudo pero, eso seguro, que irrita un rato. Un verdadero cazador de aventuras que todavía no fue adoptado, probablemente, por recusar a cultivar áreas "salvajemente racionales", por no perder su estilo.

Se vende un corazón vadio, sin raza, pedigree ni nacionalidad. Un simple corazón humano. Un impulsivo miembro de comportamiento digamos que muy ultrapasado. Un modelo lleno de defectos que, aún estando fuera de mercado, se empeña en no modernizarse y bloquea el cuerpo que domina.

Se vende un corazón que convence a este idiota a publicar sus secretos y a tener la petulancia de aventurarse como poeta.

No hay comentarios: