martes, 17 de agosto de 2010

DIRECTO DESDE LOS TRÓPICOS. Diario de un casal hispano-brasileiro

10.- LA VIOLENCIA VISTA DESDE OTRO LADO (CUAL?)

Es porque la vida es circular. Cada renacer reinicia el círculo. ¿Crees que soy un caracol? ¿Me parezco a un laberinto en espiral? Giran mis ideas. Será porque no duermo bien de noche. Me olvido de todo. No soy un hombre. Debo ser una cicatriz.
Ese perverso me sigue usando de blanco. No dejo de moverme. Igual, una que otra flecha me traspasa. Me amenaza. Denuncia por eso. Esta vez no recibí trompadas. ¿Sabes? Tengo disminuida la audición de ambos oídos. Hace ya un par de meses me golpeó con ambas manos al mismo tiempo en los oídos. Leí por algún lado que esa forma de pegar es propia de la tortura, ya que no deja marcas visibles, moretones o heridas. Solamente te perfora el tímpano. Existe una investigación criminal al respecto. No puedo trabajar de la misma forma que antes, no dispongo de tanto tiempo. Menos ingresos, sin manutención. Me quiere robar también. Otro juicio por eso.
Jamás vas a comprender lo que es tener veinte puñales clavados adentro y seguir.
Veo tu cara de mujer enamorada. ¿De que, por Dios? ¿De mi cicatriz? No tengo resto adentro. Nada que dar. Menos ganas de recibir. Es que no huelo a hombre. Mi perfume se escondió muy adentro.
Recién vuelvo de una audiencia con abogados y esa mal nacida. No paro de llorar. Me duele la cabeza, mis ojos están rojos y muy hinchados.
Lo más cómico es que voy a triunfar en todo lo legal, menos en el daño moral que me hace y en el sufrimiento que provoca a mis ideas.
Esta madeja de letras intenta decirte que adoro tus palabras, ellas encantan mis serpientes nocturnas. Que tus mensajes arrastran las brumas y se parecen al tañer de las campanas que anuncian la aurora. Que tus reproches y enojos me conmueven, transformándome en un niño contrariado y feliz.
Ese martes que me rastreaste por toda la ciudad como un sabueso, seguiste mis huellas como un can entrenado, que oliste mis mentiras, que gritaste como una demente desaforada mientras sacudías mi histeria, conseguiste limpiar de telarañas mi raciocinio.
Otra vez la luz dolía. Demasiado. ¿Es que darse cuenta siempre mata? ¿Girando en el círculo otra vez? ¡Ah! ¡Claro! Soy un trompo sin colores, sin estabilidad, sin dirección.
Bueno. Nuevamente. Vuelvo a lo que reconozco en mí.
No estoy en condiciones de verte.
Por favor, por tu bien, olvídame.
No dispongo del equilibrio emocional y racional suficiente para estar a tu lado.
Sabes, en el fondo, que no va a funcionar.
No quiero hacerte daño y cerca te lo voy a hacer.
Eres especial para mí y lo vas a ser siempre. Estoy llorando también por esto. Por no poder.
Se que te quiero y te extraño, pero eso no alcanza para superar mi tsunami interno y las diferencias que existen entre nosotros. Brillas como una princesa y yo sigo siendo una cicatriz.
Tampoco te puedo explicar este meollo frente a frente. Me olvido las razones cuando te toco. La magia inunda el espacio, me embriaga, me colma y me lleva al país del nunca jamás. No debo confundirte.
Es necesario que me coloques en el cajón de los recuerdos (en el de los buenos, espero)
Te regalo mi histeria, mi vuelo, mi trompo, mi perfume. Sabes que son tuyos.
Gracias. Por todo. Fui muy feliz cada vez que estuvimos juntos. Beso.

Carlos (creo)

No hay comentarios: