martes, 9 de noviembre de 2010

DIRECTO DESDE LOS TRÓPICOS. Diario de un casal hispano-brasileiro

11. EL VUELO DE LA INSPIRACIÓN

Estaba el escritor en su bar de siempre tomando torreznos y una cerveza sin alcohol. Era lo que solía hacer antes de ponerse a escribir a ver si con la tripa llena conseguía atraer a la inspiración. Y la inspiración, de un salto, se le colocó sobre el hombro.
Era pequeñita, apenas pesaba lo que un grano de arroz y agitaba frenéticamente sus alas porque, de todos es sabido, la inspiración no puede estarse quieta. Empezó a susurrarle ideas al oído, pero el escritor se hurgaba las muelas con un mondadiente, porque era incapaz de escuchar nada. La inspiración se puso muy nerviosa porque tenía muchos encargos que cumplir ese día y, para llamarle la atención, revoloteó muy cerca de su nariz. El escritor creyó sentir un zumbido y pensó que era una mosca y, de un manotazo, la apartó. La inspiración perdió el equilibrio y se dio de bruces contra el suelo y eso la humilló tanto que se fue maldiciendo acerca de los escritores, que son todos unos desagradecidos. Y a partir de entonces, el escritor sigue rumiando sus ideas en soledad, sin esperar que nadie se las susurre al oído...


...porque la inspiración no existe.

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