sábado, 13 de noviembre de 2010

DIRECTO DESDE LOS TRÓPICOS. Diario de un casal hispano-brasileiro

15.- EL MONUMENTO AL OSOBUCO. CUANDO LA PALABRA NO VALE NADA DE NADA

En un país olvidado, donde los hombres, las mujeres y los niños pasaban hambre y penurias, decidieron levantar un monumento al osobuco. El osobuco era el animal perfecto para sacarlos de su situación; de él podía comerse todo y se aprovechaba hasta la uña. Esculpieron una hermosa estatua de un osobuco orondo y feliz y la colocaron en medio de la plaza. Pensaban que los osobucos vivos se acercarían a admirar esa obra y a rendirle pleitesía; entonces, ellos podrían capturarlos y comérselos; pero los osobucos son puercos sabios y juiciosos y, de punta a punta del mundo, se recomendaron que no se acercasen a ese país olvidado si no querían acabar en forma de morcillas o de pinchos morunos. Y los hombres y mujeres y niños del país olvidado tuvieron que inventarse la agricultura para poder subsistir y decidieron buscarse una excusa para no comer carne de osobuco: su moral estricta se lo prohibía. Por eso le habían levantado un monumento, dijeron, para no olvidarse.

O eso, o hartarse de pizza o macarrones (macarroni, que es lo mismo)
PORCA MISSERIA!!!!

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