4.-PASO A PASO
Estaba en el bar que hay debajo de mi casa junto a un montón de desayunos alineados en la barra. Con el número 1 tostada con ducados. Con el 2 pincho de tortilla con jugadores de futbolín. Una vez más se me hacía tarde así que me apresuré a pedir la cuenta para continuar mi camino al trabajo.
Estaba en el bar que hay debajo de mi casa junto a un montón de desayunos alineados en la barra. Con el número 1 tostada con ducados. Con el 2 pincho de tortilla con jugadores de futbolín. Una vez más se me hacía tarde así que me apresuré a pedir la cuenta para continuar mi camino al trabajo.
La Gran Vía, como siempre a esa hora, estaba llena de gente sin nombre ni apellidos que me adelantaban. Con el número 37 el señor con sombrero en forma de escalera de caracol. Con el número 43 la señorita que saca a pasear al señor de orejas caídas. Eran las 8’30 e iba por el adoquín 10.312, por lo que me quedaban todavía 5.892 adoquines por recorrer hasta llegar a la Plaza de España. Cuando llegué a la altura de la boca de metro me encontré con la niñarda que tenía los rizardos llenos de leones adiestrados que saltaban entre su pelo.
-¡Qué bien hueles todas las mañanas, guapa!- le dije mientras paseaba por la farola número 76. Había dado 974 pasos con mi pie izquierdo, uno más con el derecho, cuando me encontré con Orteguilla, el policía municipal que dirigía el tráfico en la calle que estaba al lado de mi trabajo. Ese día todos los coches eran del color de las estrellas de mar porque era el día de los coches de color estrella de mar.
-Orteguilla, hoy estás 4 pasos más a la derecha que de costumbre-, le grité mientras me alejaba de él.
Eran la 9:10 cuando llegó la chica con voz de protagonista de película en blanco y negro.
-Dame un cupón para hoy acabado en 3-, me dijo ella. Cuando se lo entregué sus manos y las mías se hablaron tímidamente. Primero le deseé suerte a ella, después a mí.
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