ALGÚN QUE OTRO POEMA EN FORMA DE LLANTO

TU FORMA DE SER

Una nobleza que se para,
se detiene,
se queda quieta
dejando escapar así alegrías,
sonrisas y los ándenes
que el tren de la vida oferta.
Una cara angelical
encerrada en una mueca
que al trasluz muestra un pasado,
resuelto sin muchas ganas,
que impiden bailar en su caja de charol a la muñeca
vestida de negro y largo
como todas las mañanas.

No es oro lo que todo brilla
ni plomo lo que, en principio, debe pesar
tanto, tanto, tanto,
chiquilla
que te impida vivir disfrutando.

Luchar, querer, amar.

No quiero, no,
más desvelos ni fracasos de amor,
envueltos en falsas nostalgias y angustias
de un corazón inquilino del dolor
abrasado en sus propias cenizas,
quemando,
a bellas y a viejos sin argumentos
que impidan comprar futuras sonrisas
y, por qué no, buenos momentos
adolescentes, puros y sin prisas.

Somos dos. Tú y yo.
Solos tú y yo.
Dos miradas de una ida
Y muchas, varias vueltas.
Un billete sin tranvía
ni estación.
No lo cojas que aprietas…
Se natural.
Actúa sin trampa,
sin tretas…

De sopetón.