martes, 25 de noviembre de 2008

ALGÚN QUE OTRO POEMA EN FORMA DE LLANTO

CONTRA ZAPATA DESDE ZAPATA

¿De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de sitio,
dejar atrás sótanos más negros
que mi reputación –y ya es decir-,
poner visillos blancos
y tener criada,
renunciando a la vida de bohemio,
si cuando vienes me transformo en un pelmazo,
embarazoso huésped,
memo vestido en mis trajes,
zángano de colmena,
inútil y pendenciero,
y con las manos lavadas
sirviendo en plato la cena
y no ensuciando la casa?

Ya no me acompañan
las barras de los bares últimos de la noche,
los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de papel amarillo
que me hacían llegar borracho
sin pararme a mirar en ningún espejo
mi cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quería cerrar. Y si me increpo,
me río al acordarme de ese pasado
por culpa del cual envejezco y me siento viejo.

Podría acodarme de aquello
que no tenía ni gracia…

De ese estilo
casual y desenfadado
que resultaba truculento
dando hasta resultado,
en un momento dado.

O de esa encantadora sonrisa
de muchacho soñoliento -seguro de gustar-
Pero no; eso es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras
con tus ojos
como si me hubiera quedado huérfano
y yo te lloro
y te prometo
que nunca más.

¡¡¡Si no fueses tan pura!!!
Y si yo no supiese, hace ya tiempo,
que eres débil cada vez que te enfurezco…
De mi regreso soñado
guardo una impresión confusa
de pánico,
de pena pero contento,
y la desesperanza
y la impaciencia
y tu resentimiento
de volver a sufrir,
otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.

A duras penas sin ti
existiría mañana,
y si lo hubiera,
sería un infierno no dormir contigo.
Me muero a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas,
cuando cruzo sin ti
mi piso. Sin sentir,
torpe de mí,
tus abrazos,

ni añorar que antes lo hacía,
vacilando entre alcohol
y mis sollozos reprimidos.

Bendita innoble servidumbre de amar a seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a si mismo…
… si es contigo

como se ha de pasar tal abismo.

Y sentirse morir por cada pelo
de gusto y sin hacerse daño
al mordernos los labios.

No hay comentarios: