Imaginaros siete M-30 con una única ley: LA LEY DE LA SELVA. Yo adelanto por la izquierda, el otro no... uno por detrás que si... en fin, el paraíso para los propietarios de Seat León amarillos tuneados y con el adhesivo de Vallekas por la cara.
Son las "marginais", que cortan Sao Paolo de norte a sur, de este a oeste, y en sentido brasileño (es decir, sin sentido alguno) Por si no hubiera bastante con sus 33 millones de habitantes, su tránsito y demás, se le añaden estas "maravillas de la ingenieria" (cada carril de aceleración es una verdadera ratonera y cada salida en si misma es una lotería... una delicia) y, para rematar, dos rios que dividen en aspa esta metropoli y que son un modelo de como mantener el orden medio ambiental en sentido minimo (vamos, que el agua puede que esté debajo del montón de mierda que se vislumbra en superficie).
Lo peor del tema es que, para llegar al centro de Sao Paolo (una maravilla arquitectónica colonial y modernista, digna de ver si está bien conservado) no tienes más narices que pasar por alguna de esas marginales... Y es una pena, porque en el centro de Sao Paolo te puedes encontrar desde un Ministerio que parece un museo de Arte Moderno....
Pero eso os lo contaré en otra ocasión.
Y para los que esteis esperando algún poema, prometo que mañana escribiré uno.
BOA TARDE...
(Que os den)
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