jueves, 27 de agosto de 2009

DIARIO DE UN SEGOVIANO EN SÃO PAULO

11.- TODO EN ESTA VIDA, EN ESTE MUNDO, TIENE SU TIEMPO

La frase es simple, es directa y es clara. El problema viene cuando hay que aceptar esa afirmación. Es saber oír, saber esperar, saber percibir el momento exacto de cada cosa y dejarla acontecer, dejarla fluir.
"Hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de sembrar y tiempo de recoger; tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de derribar y tiempo de construir"
Somos extremadamente inmediatistas, y eso cada día un poco más, por presión social, por egoísmo o por pura presión psicológica... Detestamos las colas, las salas de espera y el terrible soniquete del teléfono movil. Queremos el mundo a nuestros pies, aquí y ahora... nada de "por favor, espera un poquito", tiene que ser "para ayer", te suele decir una voz al otro lado del hilo telefónico.
"Hay tiempo para estar triste y tiempo para alegrarse; tiempo de llorar y tiempo de bailar; tiempo para tirarse piedras y tiempo para juntarlas; tiempo de abrazar y tiempo de soltar el puño contra la mesa".
Queremos la permanencia eterna de las cosas, lo propiedad atemporal de los objetos, de las personas. Sólo por el simple hecho de "olvidarlos" guardamos cosas materiales en el fondo de un cajón, sin querer ni mirarlos una vez siquiera. Es así cuando vemos que, si nos acordamos de aquello es porque está en un lado oscuro de nuestra cómoda.
Así, certifico que por puro egoísmo, lloramos (y mucho) la pérdida de un ser querido, la añoranza de alguien que se fue o del que ya no vamos a ver con tanta frecuencia. Egoísmo por miedo a aceptar que estamos solos en esta aventura, sin ningún apoyo de esa persona, sin su presencia... No queremos sentir una ausencia o tener un dolor por una pérdida... por temor a la soledad.
"Hay tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de economizar y tiempo de desperdiciar; tiempo de romper y tiempo de arreglar; tiempo para estar callado y tiempo para hablar, aunque sea de más"
Tenemos miedo de comenzar algo nuevo, de invertir tiempo o esfuerzo. Evitamos (o nos hacemos los locos) construir, plantar, curar o vivir porque tenemos miedo a pensar que no llegaremos al final de nuestro objetivo. No iniciamos los proyectos por miedo a fallar o pecamos por falta de iniciativa o de acción.
"Hay tiempo de amar y tiempo de odiar; tiempo de guerra y tiempo de paz"
Y todos esos "momentos" de nuestra vida nos exigen algo, un esfuerzo, un pensamiento, un acto, una actitud o una "no actitud", para existir, para que nuestra vida tenga un sentido. Precisamos romper con esa inercia de movimiento, con el viejo y triste hábito de hacer las cosas a 180 km/h, sudando, temblando, corriendo, gritando, moviendonos...Necesitamos parar... Apagar el motor del coche... Oír el silencio y nuestra propia voz interna y entonces si, entonces poder tener un sentido a cada acción, a cada una de nuestras acciones y llegar a buen puerto por lo menos con nuestra propia consciencia, que a fin de cuentas es lo único que nos va a quedar cuando la Vieja Dama nos venga a visitar y nos meta en la caja de pino.
Porque para eso también hay un tiempo.

No hay comentarios: