viernes, 4 de febrero de 2011

RELATOS DE INSOMNIO Y ANSIEDAD

23.- LOS SUEÑOS, SON A COLORINES O EN BLANCO Y NEGRO?

Ningún sueño viene después del sueño. Ningún sueño en sí, es un sueño completo.

Allí estábamos todos, excepto los que faltaban: Nadie. Habían muerto en la catástrofe más grande de la historia del siglo XX. Aún resonaban sus voces como enjambres de abejas que el viento paseaba por los valles, por las praderas, y por cada uno de los recuerdos que nos mantenían vivos. Casi muertos...
Desde aquellas nubes se podía observar el pequeño ahogado envuelto en luto y saliva. Sus álabes se estremecían como alambres sujetos a un cañón de púas, y por sus costados emigraban millones de parásitos sedientos de sangre y olvido. Nadie en ese instante pudo sentir lo que yo sentí, ver lo que yo vi, vivir lo que yo viví. De tal forma que todos quedaron muertos con mis ojos vivos; y mis ojos, que aún soñaban, habían despertado.

22 de Enero de 1992. Una mitad del mundo se quejaba. La otra hacía lo mismo, pero en silencio. Yo esperaba la hora trémula; la hora de los lazos y las cobijas, los llantos y las sonrisas. Yo esperaba nacer, nacer por siempre y vivir. Pero la noche, el día, los ojos que se clavaron en mi rostro, no lo permitieron, no me dejaron yacer: ¿Quién habrá nacido ese día que no fui yo? ¿Quién es ése que no conozco y me distingue, que no le hablo y me responde?

Mi voz pasó a ser humo, mi alma se volvió ceniza, y los sueños que tenía quedaron siendo sueños, única y estrictamente sueños. Pero él vive, es una realidad. Vive en mí y no soy él. Nació por mí y me resigné a él, pero no soy de él, soy el que soy y el que vino a preguntar. Soy yo. La vista próspera de su mirada azul, la sombra ungida en el vientre de la noche y la sonrisa que se estrena en cada llanto que tiene nombre a silencio. La vastedad del tiempo y la cotidianidad que se quiebra como espejo. Los versos que se esconden detrás de un seudónimo falso. El sabor de las mañanas y el color de los crepúsculos.

No hay comentarios: